Es humillante hacer algo; sientes todos los ojos puestos en ti, en tus movimientos, en tus gestos, en tus reacciones; no olvides que todos esperan algo de ti, y sientes la obligación de no decepcionarlos, lo cual parece ser difícil; sientes inseguridad en cada paso; tes esfuerzas en sonreír, porque no quieres que sospechen que algo va mal..., y luego piensas, ¿qué sucedería si después del mañana, no hubiera nada?, ¿si tu compañía se ausentara, a alguien le hará falta? Y tras mucho pensar, y decir algunos nombres de personas, que tu admiras, pero quizá ellos ni te conozcan... deduces lo que parece una terrible realidad: NO HAY NADIE.
Y la verdad, esa parece ser la única respuesta algunas veces, y tal vez lo sea; si te fueras, tu familia y algunos amigos se entristecerían, pero poco después continuarán con sus vidas, y no los culpes, es la mejor mejor para ellos...
Porque si te fueras, ¿a quién le importaría?, y lo único que te podría responder, es que tu te extrañarías, tu sentirías tu propia ausencia, tu sentirías aquél vacío que se quedará por siempre; deja de pensar acerca qué harán o no las personas, qué prefieren ellas o no, qué las decepciona y cómo evitarlo; porque al final, el único que te extrañará realmente eres tu...
No hay comentarios:
Publicar un comentario