Y desaparezco, sí,
lo hago aunque siga aquí,
sólo pensando en ti,
que sensación tan frágil.
Y vuelo,
aunque mis pies estén en tierra,
estoy en los cielos,
aunque no me creas.
Me tele transporto,
y llego a sonreír,
ya no lloro,
porque estás aquí.
Y navego,
sin rumbo fijo,
sólo sigo mis sentimientos,
que me arrastran
a un sitio,
que tiene grabado tu nombre,
que el sol es tu mirada,
donde la luna en la noche,
es tu sonrisa despreocupada,
donde el volcán es tu corazón,
y la lava tu amor;
tan imposible de tocar,
pero que llego a desear...
Porque tu eres dulce,
pero venenoso,
y tus ojos son las luces,
por las que lloro...
Donde el viento
es tu dulce aliento,
y las lluvias
tus hermosas lagrimas;
donde todo el lugar
lo quiero recorrer,
donde me ayudas
a no caer.
Y corro,
en busca de tu imagen,
que no quiero decirle adiós,
ni hoy ni ayer.
Y salto,
pero muy alto,
en busca de tus manos,
para que me des un abrazo.
Y sueño,
que juntos podamos estar,
y creo
que no va a pasar;
porque éste sueño es para soñar,
y no para ser realidad...
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