La Esperanza En Medio De La Perdición

Las canciones son hermosas y profundas, son resultado de sentimientos, causados a su vez por una persona o hasta un objeto. Porque, ¿quén más que las cuerdas de una guitarra podrían tocar las cuerdas del alma...?, ¿qué más que los golpes de un tambor podrían estremecer a un dormido corazón...?, ¿qué más que las notas profundas de un piano podrían alejar todo lo malo...?, ¿qué más que la fuerza de un bajo podría liberar a un espíritu desesperanzado...?, ¿qué más que la suavidad de una flauta podría tranquilizar la inconsciente ira...?, ¿qué más que la fineza de un violín podría arrebatar las más escondidas lagrimas...?, ¿qué más que la pasión de una voz podría acabar con la ceguera del corazón...?

Y ahora, imagina todos aquellos sonidos incorporados en una canción, retumbando hasta en el más silencioso interior, para poder disfrutar aquella letra, tan profunda e hiriente, tan verdadera y alegre... Causando miles de sensaciones que se confunden entre sí, que se cruzan entre sí y se alejan a la vez; causando amor y desesperación, causando sensaciones tan iguales pero distintas a la vez...
Y todo sucede en un minuto, en una fracción de minuto; en un segundo, en una milésima de segundo...
Ése es uno de los poderes de la música, uno de los caminos más confusos y difusos, ¡una de las artes más hermosas que sin más entran y alteran todo lo que hasta ahora conocías como vida...! Porque la música es una luz en medio de la oscuridad, es aquella melodía que nos guía sin más, porque en ella puedes descubrir tanta verdad y pureza...